Autor: Jair Ríos Título: Osemma Técnica: Tiza Pastel Medidas: 70 x 50 cm Serie: Identidades |
El Mito
Osemma
...Sucedió que los Yukpa tuvieron hambre y enviaron una plegaria a los dioses. Estos se apiadaron y bajó de los cielos Osemma que les enseñó las artes de la agricultura. Poseía una larga cabellera cubierta siempre de flores y de granos de maíz. En principio tenía la dificultad de no conocer la lengua yukpa, menos mal que una ardillita de éstos que sí la había aprendido por ser muy lista, le sirvió de intérprete. Osemma vivió mucho tiempo entre los yukpa, pero cuando al fin se fue, dice la leyenda que el dios se empequeñeció tanto que terminó tragado por la propia tierra y en cuanto sucedió esto, sufrieron el primer temblor o terremoto.
Francesc Ll. Cardona
Mitología, Historias y Leyendas de Venezuela
Otras versión
Cuenta la sabiduría indígena que llegó Osemma a la Sierra de
Perijá y comenzó a preparar su conuco. Desmalezó el terreno, abrió los surcos,
sacudió su larga cabellera de la que se desprendieron granos de maíz y semillas
de café. Dejó que los luceros llovieran sobre su cuerpo y al amanecer restañó
sus brazos regando la siembra con ese rocío.
Los Yukpas pasaban a su lado y se reían. Osemma quería
explicarles que la gestación de todo ser, sentimiento e idea ocurre en lo
profundo y en silencio. Su lengua no lograba pronunciar las palabras adecuadas.
Una ardilla sonreída cruzó saltando el conuco, llegó hasta los Yukpas y tradujo
lo expresado por él.
Pasó el tiempo. Brotes de maíz y café maravillaron a los
Yukpas. Se quedaron con Osemma aprendiendo los secretos de la agricultura y
relegaron la cacería para un solo día a la semana. Poco a poco cobraron
habilidad y gracias a la fecundidad perpetua de la tierra ya no tuvieron
hambre.
Mireya cada día le pedía la hiciera su mujer pero Osemma le
replicaba que ese amor no era su destino.
-¿Cómo voy a saber cuándo el amor me toca?
-Lo sabrás. Dijo Osemma despidiéndose. Se empequeñeció hasta
convertirse en un ratón que escurrió su cuerpo por una grieta de la montaña. Al
desaparecer ocurrió el primer terremoto conocido en el mundo. Los ojos de
Mireya buscaron asidero. Una mirada masculina le brindó soporte. Un temblor
telúrico sacudió sus entrañas. Supo así que se había enamorado.
Osemma avisa cuando la tierra busca un nuevo equilibrio o el
alma se cruza con quien tendrá buena compañía. No se puede ignorar la sacudida
que provoca: ni la naturaleza ni el amor perdonan un desaire. Si no se atiende
su llamado, la corteza terrestre se quebrará causando una tragedia.
La persona
amada despreciada buscará refugio en otro latido dejando un gusto a tristeza en
el corazón.
Fuente:
http://periodistas-es.com/mito-yukpa-38719
Hermoso
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